Se ha despedido de un cargo de gran importancia sentimental para el primo de Isabel II y el príncipe Eduardo ha tomado el relevo
La era del rey Carlos III de Reino Unido sigue tomando forma casi un año después de su coronación. De acuerdo con la monarquía reducida por la que siempre ha abogado, el recambio generacional se impone. Eduardo, duque de Kent, de 88 años, puso fin el domingo a 50 años como coronel de la Guardia Escocesa participando en su último acto, el conocido como Domingo Negro, donde los miembros de este regimiento se reúnen para recordar a todos aquellos que desde 1642 han dado su vida por el país británico. Un día muy significativo y cargado de emoción que llega en un momento donde la Casa Real ha visto mermados su número de miembros por enfermedad. Asume su cargo, el príncipe Eduardo, hermano del monarca.
Eduardo de Kent es nieto de Jorge V y de la reina María de Teck, por tanto, primo hermano de Isabel II. En su despedida, dijo: “Servir en este Cuerpo desde 1974, el mayor tiempo que alguien ha pasado en este puesto, ha sido un verdadero honor que siempre me llenará de gran alegría. A lo largo de estos años he visto el trabajo de la Guardia Escocesa en tiempos de paz y de guerra”. En la ceremonia, el duque de Kent rindió homenaje a “la valentía, el coraje desinteresado y la devoción al deber” de la Guardia Escocesa.
El paso atrás del duque de Kent supone el paso adelante del príncipe Eduardo, duque de Edimburgo, que junto a su mujer Sophie poco a poco gana protagonismo en el reinado de su hermano. Sobre este respecto, el duque de Kent manifestó a sus compañeros que “estoy inmensamente orgulloso de haberles servido a todos. Estoy encantado de que su alteza real, el duque de Edimburgo, continúe defendiendo todo lo que hacen y trabajando para preservar su gran legado”, dijo durante el evento al que acudió con traje de civil, pero portando en la solapa una impresionante colección de medallas, representación de su larga carrera.
Con la retirada del duque de Kent, Carlos III ve como su monarquía cada vez se va menguando más. El propio monarca tiene su agenda adaptada después de que se le detectara un cáncer. La princesa de Gales está totalmente retirada de la vida pública, ya que se está sometiendo a un tratamiento de quimioterapia preventiva que ha hecho que el príncipe de Gales se centre en el cuidado de su mujer con una agenda oficial a medio gas. También Sarah Ferguson, que aunque técnicamente no es miembro de la Familia Real por estar divorciada del príncipe Andrés, es un miembro muy querido para el Rey, fue diagnosticada de un melanoma maligno hace unos meses. A todas estas bajas se suma la trágica muerte de Thomas Kingston (45), quien estaba casado con Lady Gabriella Windsor, que fue hallado sin vida el 27 de febrero en la casa que tienen sus padres en Gloucestershire.
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