“HOY, ELEGÍ DECIR BASTA.
He procurado conducirme siempre con integridad, con trabajo constante y con un profundo respeto por las personas y por la misión educativa que compartimos.
Hoy, en el ejercicio de una responsabilidad que honro profundamente -la Rectoría de la Universidad Autónoma de Aguascalientes-, he presentado una denuncia legal para enfrentar una de las formas más comunes y dolorosas de violencia que vivimos las mujeres: la violencia simbólica, la política y la de género. He sido objeto de difamaciones, calumnias y agresiones que buscan desacreditar no sólo mi trayectoria, sino también mi calidad humana y profesional.
Ser llamada con calificativos que pretenden despojarme de mi historia, no es sólo un ataque personal: es un recordatorio de que, incluso hoy, a las mujeres que ocupamos espacios de liderazgo se nos exige demostrar una y otra vez lo que ya hemos construido con años de trabajo.
No escribo estas palabras desde la victimización, sino desde la claridad. Desde la convicción de que ninguna mujer debe normalizar la violencia, venga de donde venga y adopte la forma que adopte. Porque cuando callamos, la violencia crece; pero cuando la señalamos, cuando la enfrentamos unidas, deja de ser una sombra para convertirse en una causa compartida.
En la Universidad Autónoma de Aguascalientes hemos impulsado con fuerza la política de cero tolerancia al acoso y a la violencia, porque creemos en una institución que protege, escucha y actúa. Y hoy, desde mi experiencia personal, reafirmo ese compromiso: ninguna mujer debe caminar sola cuando es violentada. ¡Ninguna!
Por todas las que han roto el silencio.
Por todas las que aún temen hablar.
Por todas las que vienen detrás de nosotras.
Como millones de mujeres en todo el mundo, hoy digo basta. Basta a la violencia, al silencio impuesto, a la descalificación, al hostigamiento y a todas aquellas formas de agresión que buscan frenar nuestra dignidad, nuestros derechos y nuestras aspiraciones.
Mi voz seguirá siendo el trabajo honesto, el compromiso con la verdad y la convicción inquebrantable de que una universidad más justa también se construye desde la valentía.
La violencia contra las mujeres no debe tener lugar en nuestra sociedad, ni en nuestras instituciones, ni en nuestra vida pública o privada.
Mi respeto, mi solidaridad y mi abrazo sororo a todas las mujeres que luchan, resisten y siguen avanzando.
Basta. Porque vivas, libres y respetadas, nos queremos.
Sandra Yesenia Pinzón Castro”